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Date added: 1.2.2015
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Reedicion del clásico de los 90s Pin Pan Pun. La única modificación que se le hizo al libro fue cambiar las n por m en el titulo.“Julián, Caimán, Chicharra y Luis. De la pandilla de Los PalosGrandes sólo quedamos dos. Caimán en silla de ruedas y yo.A Chicharra lo mataron en el 87. De loco se fue con un BMWa controlar perico a Sarría y de allí no salió. Julián se despidió en el 92. Se pegó un tiro por culpa de Claudia, la puta esa, que lo dejó por Carlos.”En esta ágil e intrépida novela se dan cita de manera polifónica, varios jóvenes de los años 90 y sus vivencias en las calles, los barrios de la Caracas que los vio nacer en una Venezuela caótica.En esta polifonía de jóvenes caraqueños, Luis, Caimán, Chicharra y Luis, nos llevan de recorrido por las calles de los barrios caraqueños con intrepidez, caos, desconcierto, intriga, suspenso, acción, armas, muertos y vivos. La consigna parece ser, como lo menciona Rebolledo, “follar, rumbear y tripear”. Cada minuto de la vida en esta novela, transcurre entre el deseo inquebrantable de querer tener lo deseado al precio que sea y la dura realidad con la que se van afrontando y, de manera inmediata enfrentando, los protagonistas en cada situación. El ritmo lo marca la manera como cada acción conlleva una reacción ineludible, la vida o la muerte. Rapidez esa es la cualidad que comparten con ahínco todos los protagonistas en esta novela.Un día Luis, cansado de su habitual cotidianidad decide cambiar el rumbo de su vida y va sin pensarlo dos veces a pedir trabajo al director de la emisora más sonada en el momento. El destino quiso jugarle una mala jugada y en ese mismo sitio y a la misma hora esta Ana Patricia Mendoza, hija de un reconocido periodista, dueño de una de los periódicos más importantes de la cuidad que después de una riña con su hermano Alejandro en la que sale muerta su pequeña perra, Manuela, decide con la misma impulsividad que Luis ir a la misma estación de radio, no a pedir un empleo, sino a declarar su amor al director de la Mega, Johnny Mega.Luis ha llegado primero a la cita con el destino. Ya ha intentado hablar con Johnny y explicarle sus ambiciones laborales, pero justo al llegar el locutor ha empezado su intervención directa en la radio y tiene que esperarlo. Decide salir a tomar aire, caminar y tranquilizarse un poco. Está nervioso, muy nervioso, se acaba de fumar un porro para calmarse, pero no lo logra. Estando en su espera ve la niña del mitsubishi rojo, no puede evitar mirarla, le parece irresistible y en ese momento piensa que esa “jeva” tiene que ser su chica.Se acerca a saludarla, como cualquier galán que juega a ganar, la aborda por la ventanilla del coche y como Ana Patricia también estaba nerviosa y es un tanto histérica, comienza a gritar como una loca, cree que le van a robar o quien sabe que cosa peor. Luis intenta calmarla por todos los medios pero no lo logra y en ese momento se acuerda que lleva consigo la pistola que le compró al Broder, el jíbaro y amigo suyo, por lo que pudiera ocurrir y le apunta con ella, la tira al otro lado de la silla ni el mismo se explica cómo lo hizo, se sube al coche y coge el timón. Arrancan, la chica sigue gritando, él no sabe qué hacer y se interna en la autopista intentando evadir la policía que supone ya deben de venir en camino y pensar. Pensar, eso es, debe encontrar una solución ya.Mientras, en el coche, de fondo suena la Mega y el locutor, Jonnhy Mega, esta transmitiendo la primicia de que la hija del prestante editor y periodista Federico Mendoza, ha sido secuestrada en las afueras de la emisora y da las descripciones pertinentes a la fiscalía. Isabella, la madre de la secuestrada Ana Patricia, juega a ser buena madre, escucha la noticia y decide dejar el alcohol y a su amante si su hija sale ilesa de esta apremiante situación.Ahora Luis tiene una solución, ir a la casa de uno de sus mejores amigos y para él, el más inteligente de todos. Seguro que Laudvan sabrá que hacer, eso pensó mientras apretaba el pedal del acelerador rumbo a su casa. La noticia no para de ser emitida, todos están nerviosos por razones diferentes claro esta. Luis, de repente, se ha convertido en secuestrador sin serlo, sin ni siquiera pensarlo de esa manera y ha metido a todos en una carrera contra el reloj en la que el suspenso, la emoción, el sexo, las drogas y la música entran a ser parte del escenario principal de esta novela.Todos y cada uno de los amigos y conocidos de Luis, terminan involucrados. Cae el Broder, el jíbaro de toda la vida por sospechoso, matan a otro por error, por haberlo confundido con el secuestrador, mientras, los dos amigos, Luis y Laudvan, siguen refugiados en la casa de éste buscando soluciones. Mientras la presión y la tensión los cobija, surge la pasión desenfrenada y el sexo. De repente y sin saber como ocurre, Ana Patricia y Luis terminan haciendo el amor en el sofá de la casa de su amigo…todo ha cambiado. Ahora es Ana Patricia la que se presta al juego y de verdad planean un verdadero secuestro, quieren pedir dinero a su padre y huir, huir de toda la mierda que para ellos es ahora Caracas.Ahora la cosa es en serio y deben planearlo todo de tal manera que parezca un secuestro real. Deben causar miedo, que los padres de Ana Patricia consigan el dinero para el rescate y luego…huir. En ese estado hipnótico en el que se hayan ahora los tres “amigos” deciden llamar a Caimán, el “duro” de los ordenadores, esperando que a él se le ocurra cómo deben enviar el comunicado oficial del secuestro. Parten en el coche de la secuestrada a tope de marihuana, con la perra muerta en la maleta a casa del último involucrado en este delito. Entre la pestilencia del perro muerto en la guantera, el efecto del canabis y el miedo que los acompaña, no tarda en surgir las peleas, las disputas, los desencuentros, todo es adrenalina pura. Finalmente encuentran la salida: un fax- enviar un fax explicando la cantidad de dinero solicitada y el lugar del intercambio: Ana Patricia por la bolsa. Ya todo esta hecho, pero Caimán no quiere dinero por su colaboración, solo pide que lo lleven a una gran fiesta de una de las amigas del combo que se va de Venezuela.El éxtasis, la música, el efecto de las drogas, todo ayuda a olvidar y a perderse en el alma de la fiesta como efectivamente lo hace la heroína, quien olvida a su amante y se enrolla ahora con Laudvan ante los ojos de Luis que atónito los ve y le apunta a su amigo con la pistola. Discuten, todo esta que arde. Pero por suerte los vecinos han decidido parar la fiesta y han llamado a la policía tomando a todos por sorpresa. Ahora las cosas son a otro nivel. El grupo se ha dividido, la consigna es huir como sea. Laudvan huye con su “jeva”, Ana Patricia y Luis con su amigo en silla de ruedas. Cada pareja por su lado tendrá que resolver la situación de manera diferente y esperar a que sea la hora acordada en el fax. Ahora solo queda esperar.Ya en la casa de Laudvan, Ana Patricia y él, deciden ir a recoger el dinero tal y como esta planeado. El efecto de las drogas ha bajado y la heroína se da cuenta de que no quiere más estar en esa vida, se siente sucia, quiere su casa y así se lo hace saber al pobre chico que a todas estas también se ha enamorado de ella. Mientras en la casa de Caimán, Luis y su amigo espera a que sea la hora acordada para la entrega. Van a ir a recoger su dinero sea como sea. Cuando llegan se dan cuenta de que aún no esta el dinero depositado en la caneca de basura acordado, pero si hay un hombre desconocido que el protagonista cree es un policía. Lo encara, este niega tal oficio y deja al protagonista más tranquilo. Dan un par de vueltas por el parque hasta que por fin encuentran en el cesto una valija en la que suponen esta todo el dinero. Cuando Luis regresa a dónde se encuentra su amigo esperándolo, emocionado, respira hondo y al soltar su bocanada de aire, siente una pistola fría apuntándole en la cara y le quitan el apreciado motín.Ana Patricia y Laudvan están también a la espera, pero mientras pelean por el desamor y la frialdad con que la chica los ha tratado a los dos. Laudvan decide irse, abandonar todo, ya no quiere nada y Ana Patricia queda sola a la espera del dinero. Va decidida a recogerlo y se da cuenta de que no hay nada así que decide volver a casa.La pregunta que se hacen todos es quién se ha podido llevar el motín, quién más podría saber la pensada acción. En la fiesta, Laudvan se ha encontrado con un amigo y emocionado de que todo vaya tan bien, le ha contado todo. Este “pana” planea entonces robar el botín una vez ha sido recogido por Luis y compañía. Así lo hace y una vez lo tiene en sus manos, va a casa de su amigo Laudvan le cuenta lo que ha hecho y felices se ponen en la tarea de abrir el anhelado motín. Después varios intentos fallidos, lo abren por fin, pero para su sorpresa no hay ni un solo billete con la cara de Bolivar pintado tal y cual lo esperaban. En su defecto hay una maleta repleta de la misma carta, una hoja con una misiva religiosa que Laudvan toma de manera personal y se hace predicador. El otro se queda con la maleta como recuerdo.De manera impredecible y anticipada (menciona el fin a partir de la mitad más o menos de la obra), el escritor resuelve el desenlace de “Pin, pan, pun” y con ella la vida de cada una de las voces que deleitaron y recrearon la novela. Ya desde el inicio de la obra sabíamos que por gracia o desgracia el protagonista principal quedaba vivo después de todas las vivencias improvisadas, que la vida en las calles caraqueñas le lleva a realizar, sin embargo termina casi de la misma manera como comienza, en el limbo, en el sin sentido, en la nada. Ana Patricia regresa a su casa, por cuenta propia, retornando la paz y la tranquilidad a la familia Mendoza y, retomando el rumbo de su vida y dándole de alguna manera sentido a la vida de los demás personajes. Pim Pam Pum by Alejandro Rebolledo